
Al llegar al counter me dicen que mi vuelo tiene dos horas de retraso, ante lo que exigí boucher de cena y compensación en Km. De paso aproveché de pedirle a la chica de LAN que me adelantara, pero me dijo que el vuelo al que me quería cambiar estaba copado y tenía también un retraso, pero de media hora. Pensé en decirle de todo, hasta de lo que se iba a morir, y que entendía que no era su responsabilidad, pero era el rostro visible de la compañía. Finalmente opté por decirle que siempre el vuelo LAN 212 Concepción – Stgo; se atrasaba. Ella amablemente me dijo que me dejaría en lista de espera por si no llegaba o desistía un pasajero… “mentira” pensé.
De todas maneras hice la fila nuevamente, pero haciéndome el weón (me sale tan natural, no?), para ver la posibilidad de que otra persona del counter me cambiara de vuelo. Estaba en la fila cuando escucho que me llaman por los altoparlantes, saco las correas de la fila y corro hacia el counter, justo antes de llegar al mesón me para un tipo cuarentón y me dice, “oiga, haga la cola”. Me cargó el comentario, pero me afloró todo lo cuaima que uno puede llegar a ser, me volteé y le dije: “entiendo lo que se siente hacer una fila tan larga para un vuelo con 2 horas de atraso, pero no puedo hacer nada si me están llamando por altoparlantes para avisarme que me adelantan el vuelo, y no debo esperar dos horas más en éste aeropuerto” volví a voltear y recibí amablemente de la misma chica anterior, mi boarding pass.
Ahhh! Que rico ser preferente...