
Ayer me llamó una amiga para preguntarme si había recibido un llamado en torno a una situación puntual que había vivido yo y que fue muy penca… cuando uno deja que lo pasen a llevar y se da cuanta cuando la aplanadora ya pasó. Le dije que no y ella me dijo que iba a llamar para putear, me sentí acogido y refugiado con mis amigos, que mis afectos tienen buen eco y que hay gente que me cuida. Esos amigos son lo más trendy que uno esperaría mientras va por el camino amarillo a ver al Mago de Oz.
Lo malo de esto es que uno se da cuenta muy tarde, de ahí que los feticidios partan por una cachetada y un par de puteadas, pero más allá de las reflexiones en torno a mi persona o de los feticidios, muy de moda en el 2007, hay que decirlo; me puse a pensar cuando uno da pié para que le falten en respeto, en el trabajo, en la familia, los amigos, los amores, los vecinos, o cualquier aparecid@ tirad@ a gente… como diría mi abuela, la alzahimica.
El caso es que en algún minuto uno da mucha confianza, da la mano y el codo, se muestra muy transparente, abre el cuore… y la contraparte se sube al piano, literalmente. Esa es gente que no sabe aprovechar y no sabe evaluar al que tiene al frente, eso creo yo.
Pero cuando sabemos que nos pusieron la pata encima? A veces cuando nuestros amigos nos dicen “no será mucho?”; o cuando frente a desconocidos nos da vergüenza una cierta situación; o cuando ya es muy obvio y nosotros nos avergonzamos de nosotros mismos y ni siquiera nos compramos las excusas que inventamos. (me escuchará la Xime me diría que soy mateo… Xime si lo lees, tu y yo entendemos jeje).
El caso es que creo que yo deje pasar ciertos límites, pero no me han golpeado, no se preocupen, pero lo importante y lo que no cacho mucho ahora es saber como volver al estado original… o éstos son procesos irreversibles? Y si es así, se debe dar vuelta la hoja, no se puede seguir, o no se debería por salud mental y física.
Lo malo de esto es que uno se da cuenta muy tarde, de ahí que los feticidios partan por una cachetada y un par de puteadas, pero más allá de las reflexiones en torno a mi persona o de los feticidios, muy de moda en el 2007, hay que decirlo; me puse a pensar cuando uno da pié para que le falten en respeto, en el trabajo, en la familia, los amigos, los amores, los vecinos, o cualquier aparecid@ tirad@ a gente… como diría mi abuela, la alzahimica.
El caso es que en algún minuto uno da mucha confianza, da la mano y el codo, se muestra muy transparente, abre el cuore… y la contraparte se sube al piano, literalmente. Esa es gente que no sabe aprovechar y no sabe evaluar al que tiene al frente, eso creo yo.
Pero cuando sabemos que nos pusieron la pata encima? A veces cuando nuestros amigos nos dicen “no será mucho?”; o cuando frente a desconocidos nos da vergüenza una cierta situación; o cuando ya es muy obvio y nosotros nos avergonzamos de nosotros mismos y ni siquiera nos compramos las excusas que inventamos. (me escuchará la Xime me diría que soy mateo… Xime si lo lees, tu y yo entendemos jeje).
El caso es que creo que yo deje pasar ciertos límites, pero no me han golpeado, no se preocupen, pero lo importante y lo que no cacho mucho ahora es saber como volver al estado original… o éstos son procesos irreversibles? Y si es así, se debe dar vuelta la hoja, no se puede seguir, o no se debería por salud mental y física.
Así que, como diría mi amiga abogada hay que generar un “cambio en el peso de la culpa” y continuar por el sendero amarillo, dónde el mago, que el mago nos puede ayudar… o no Doroty?