Hace unos días fui al cine a ver El Tiempo, película Coreana de Kim Ki-Duk que plantea el sobrellevar nuestras propias paranoias y las consecuencias de las mismas.
Sucede que una pareja compuesta por Seh-Hee y Ji Woo lleva dos años juntos, pero ella siente que la monotonía va a llevar a su amado a reemplazarla por otra, es por esto que lo cela con vehemencia.
Un día, a ella impotencia sexual de él, ella le dice que piense en otra y así logran hacer el amor. Esto desata la trama, que lleva a Seh-Hee a desaparecer y someterse a una cirugía para modificar su rostro, y con esa nueva imagen poder reencantar a su novio como otra mujer.
Cuando Ji Woo descubre la situación, decide someterse al mismo tratamiento, lo que los transformas en dos desconocidos que giran por éste mundo.
Así las cosas y para cerrar la película, el director da un giro inesperado, que nos demuestra que las líneas rectas no existen, y que sólo son un fragmento de un círculo inmenso.
Ahora, cómo estamos de nuestras paranoias y de arrancar de nuestra realidad, el jugar a ser otros, aunque, a veces el nuevo personaje no nos gusta o peor, termina siendo el preferido, y nosotros pasamos al baúl de los recuerdos.
Sucede que una pareja compuesta por Seh-Hee y Ji Woo lleva dos años juntos, pero ella siente que la monotonía va a llevar a su amado a reemplazarla por otra, es por esto que lo cela con vehemencia.
Un día, a ella impotencia sexual de él, ella le dice que piense en otra y así logran hacer el amor. Esto desata la trama, que lleva a Seh-Hee a desaparecer y someterse a una cirugía para modificar su rostro, y con esa nueva imagen poder reencantar a su novio como otra mujer.
Cuando Ji Woo descubre la situación, decide someterse al mismo tratamiento, lo que los transformas en dos desconocidos que giran por éste mundo.
Así las cosas y para cerrar la película, el director da un giro inesperado, que nos demuestra que las líneas rectas no existen, y que sólo son un fragmento de un círculo inmenso.
Ahora, cómo estamos de nuestras paranoias y de arrancar de nuestra realidad, el jugar a ser otros, aunque, a veces el nuevo personaje no nos gusta o peor, termina siendo el preferido, y nosotros pasamos al baúl de los recuerdos.
Recomiendo la peli, es intimista y me dejó pensando mucho rato, de hecho terminé mi reflexión con una copa en mi terraza.
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