En estos últimos 30 días la patria ha estado muy presentes, lo más obvio es la celebración de fiestas patrias el 18 de septiembre, además, septiembre es denominado el mes de la patria gay, lo que se coronó con la marcha del día 29, y por último en octubre fue un aniversario más de plebiscito del “Si y el No”, con el cual, en teoría Chile volvía a la democracia.
En esa época el eslogan de la campaña del NO decía “Chile la alegría ya viene”. Alegría que aún muchos esperamos y que no sabemos cuando legará o si perdió el rumbo y por eso no aparece.
Además el concepto de alegría para mí tiene otra acepción, la cual estaba media olvidada, pero hoy recordé… recordé que alguien me había dicho que era de la generación de la alegría, que “era” la alegría; y que yo venía de la generación del golpe y eso era una generación traumada.
Resulta que de ésta mezcla entre “Trauma – Alegría”, el Trauma no ha recibido mucho de Alegría, y las cosas empiezan a no funcionar como se esperaba, o como Trauma desea, él aún espera que llegue la alegría, al arcoiris y la felicidad; pero Alegría tarda en manifestarse.
En esa época el eslogan de la campaña del NO decía “Chile la alegría ya viene”. Alegría que aún muchos esperamos y que no sabemos cuando legará o si perdió el rumbo y por eso no aparece.
Además el concepto de alegría para mí tiene otra acepción, la cual estaba media olvidada, pero hoy recordé… recordé que alguien me había dicho que era de la generación de la alegría, que “era” la alegría; y que yo venía de la generación del golpe y eso era una generación traumada.
Resulta que de ésta mezcla entre “Trauma – Alegría”, el Trauma no ha recibido mucho de Alegría, y las cosas empiezan a no funcionar como se esperaba, o como Trauma desea, él aún espera que llegue la alegría, al arcoiris y la felicidad; pero Alegría tarda en manifestarse.
Qué hacer? Seguir esperando a Alegría? Abortar la misión, pues los gritos de “Houston, Houston, I have a problem” no reciben respuestas. Pero en definitiva Trauma no tiene alegría, pero tiene fe, no eterna, pero tiene fe, y aún le queda.
2 comentarios:
A muchos el trauma les impide dejarse impeler por la alegría.
Yo nací en dictadura, pero mi infancia la pasé en democracia. No sé si he vivido o he sido parte la alegría... pero creo que hoy es mucho más fácil estar alegre que hace 30 o 50 años.
La alegría hay que vivirla, intentando dejarse llevar por ella.
A veces es difícil encontrala, pero pienso que siempre llega.
Para mí, ahora la fe es más importante...
La alegría dura un par de minutos, al igual que la felicidad... la fe es más extensa.
Aparte es más lindo creer que vivir un instante de alegría.
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