Estoy a punto de partir al aeropuerto, me toca viajar por pega nuevamente, en media hora más me pasa a buscar el taxi, pero la verdad no quiero ir. No es que no me guste la pega o viajar, me gusta en verdad; pero me da lata tener que irme y saber que a la vuelta nadie me va a estar esperando, que la cama estará vacía, que llegaré a mi dpto. y todo estará tal cual lo dejé, quizás con un poco más de polvo, por el smog, pero ninguna sorpresa ni nada.
En cada viaje, siempre traigo regalitos y encargos, si voy a Buenos Aires, sé que revistas y encargos me harán y los traigo, sé que traer de Lima o de cualquier lado que voy. A mis amigos les traigo períodicos, alfajores, perfumes, revistas, etc. A cada un@ lo que le gusta, y de vez en cuando los sorprendo. También he aprendido a comprarme cosas para mí.
Pero llegar a la soledad, me da lata, esa sensación no me gusta. Por lo menos ésta vez la casa estará mejor, porque éste finde fui un Van De Kamp, tuve un par de salidas frustradas y me dediqué a hacer aseo y orden, acompañado de una que otra copita, lo ameritaba; y eso a pesar de que no vivo en la calle Wisteria.
Ahora me tendré que hacer cargo de eso, de no querer regresar a "nada", dónde quedó quién me dijo que era de la generación de la alegría? vaya uno a saber. Tendré que ver como remediarlo, pero por ahora, nada, terminar de escribir y resignarme a viajar... me acabo de acordar que se me quedaban los lentes de seguridad... dónde los tendré? tendré que dejar esto hasta aquí, para encontrarlos antes de que me pasen a buscar...
1 comentario:
Estimado amigo: que te bajo fluida la regla, recuerda que nosotros te requeremos y que siempre estamos ahi para ti amigui asi que arriba el animo que otro amor vendra...
Con todo nuestro cariño:
Marcos, Matías y Pablo
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