domingo, 15 de julio de 2007

Rayo de Luna



Lo que esta escrito a continuación lo escribí hace un par de semanas en la habitación de un hotel de Lima, estaba dudoso de lo que depararía el futuro... pero, quién sabe lo que se viene??? Bueno, en concreto lo que escribí es lo que sigue


Me pasará como a Manrique, como lo que contó G. A. Bécquer? Es que “yo no sé si esto es una historia que parece cuento o un cuento que parece historia; lo que puedo decir es que en su fondo hay una verdad”.

Resulta que nos conocimos y fue genial, mucha buena onda, conversaciones iban y venían, de lo humano y lo divino. Se usaron palabras claves y concretas, no era cualquier cosa lo que ahí pasaba, por lo que no fue raro que caer en el embrujo.

Compartimos algo más que unas copas, antes de que me fuera a una reunión, de algo que me apasiona y me llena, mi trabajo como voluntario. Dónde fuimos juntos, ya que “te quiero ver en todas tus dimensiones”.

Luego de las reunión siguieron las caminatas por los barrios más antiguos del centro de Santiago, por bares perdidos, que te llenan de un sentimiento bohemio que no puedes dejar pasar, y el cual hacía tiempo no corría por mi piel. Las conversaciones sobre cine, nuestra historia, política y demás temas se vivían de bar en bar.

Hasta llegar al último, desde el cual decidimos comprar una botella de vino y algo para comer en casa. Una velada como pocas, que concluyó con un despertar en el que las ideas de cosas por hacer más adelante no se hicieron esperar.

Todo se vivió plenamente, tranquilamente, bien degustado, como el mejor de los manjares.
Pero desde esa noche no nos ha vuelto a juntar la vida, así estoy… como Manrique, sin saber si fue real, o que tan real fue, o solo era un rayo de luna. Manrique, no era la alba capa de la persona amada lo que viste esa noche, aquella cosa blanca, ligera, flotante, había vuelto a brillar ante sus ojos, pero había brillado a sus pies un instante, no más que un instante. Era un rayo de luna, un rayo de luna que penetraba a intervalos por entre la verde bóveda de los árboles cuando el viento movía sus ramas.

No hay comentarios: