martes, 24 de julio de 2007

Traición

La semana pasada fui al teatro, pero por alguna razón, sólo hasta hoy me dio por escribir de ello. Fui a ver TRAICIÓN, una obra con la que el inglés Harol Pinter ganó el Nobel. La Obra está hecha en retrospectiva, es decir, desde el presente hacia el pasado. Eso hace que al leer el libro se genere un misterio, el cual no fue muy bien logrado en el montaje, quién lo representa mejor es el actor Tito Bustamante. Javiera Contador, por su parte logra algunos buenos desempeños, debido a los cambios en el estado de ánimo del personaje. No obstante Álvaro Escobar se mantiene plano durante la hora y media del montaje.

La obra trata sobre la Traición de una mujer (Emma) a su esposo (Jerry), con el mejor amigo de éste (Robert). Parte con la pareja de amantes ya separada y retrocede hasta el momento en que se genera la traición, mostrando los avatares de esta relación paralela.

Pero bueno, no quiero hablar de la obra, sino pensar en la traición asociarla a un texto que comenta mi amigo Dr. Planta y que copio de su tribuna “Una sensación se transforma en tediosa cuando, tras múltiples intentos improvisados, es absolutamente predecible”. Acaso eso no es traición.

Hasta cuando nos guardamos y simulamos por querer mantener algo, entrar en algo, generar algo? Peor lo peor es cuando eso que tramos de guardar se nos sale hasta por los poros, como si fuéramos gatos en agosto. El negar o guardar esto no es traición?

Yo pienso que si, que es traición a uno mismo, y eso… vendría siendo alta traición? Deberíamos ser capaces de arriesgar y jugar, sin temores, sin días a medias, con la carne en plena sobre la parrilla, sino el devenir inexorablemente hará que esa traición se muestre. Y como Emma, tal vez lo muestre al traicionado en algún minuto, pero lo calle al traicionador… traicionándolo, callando que fue debelado el misterio, para luego, y sin mediar aviso diga que contó la traición.

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